Estos días se hacía público, tras los disturbios de Barcelona, las nuevas reformas que el gobierno planea realizar en el código penal y a través de las cuales pretende tratar el vandalismo callejero del mismo modo que el terrorismo.
Así lo han anunciado el ministro del interior y el ministro de "justicia", quienes no tuvieron reparo en señalar que usarán las mismas leyes que, en su día, utilizaron contra la Kale Borroka vasca, para frenar a "lxs antisistema". En su día, estas leyes de excepción fueron definidas como una herramienta concreta para terminar, en particular, con los disturbios callejeros de la llamada Kale Borroka, a la cual acusaban de estar supuestamente bajo órdenes de ETA e incluso de ser la cantera de ésta (lo que les permitía definirles como terrorismo de baja intensidad).
¿En qué se traduce ésto a efectos prácticos?, pues en que ahora, lo que antes eran simples desórdenes y delitos por vandalismo, trasciende a terrorismo de baja intensidad, es decir, que te pueden caer mínimo dos años por participar en unos disturbios.
Teniendo en cuenta que la policía recurre a tácticas tan rastreras como infiltrar encapuchadxs para que provoquen cargas (o para detener a quienes atacan los símbolos del sistema que les explota y ahoga cada vez más), así como a cargar sin razón sólo porque se lo mandan desde arriba, podemos predecir que ahora en adelante, si antes los talegos no daban abasto, ahora me parece que vamos a flipar.
No contentxs con ésto, lxs de arriba han creado una página web destinada a albergar fotos de manifestantes "violentxs" (violencia es no llegar a fin de mes) que participen en actos vandálicos, con el fin de fomentar y facilitar el chivateo y la delación por parte de putxs ciudadanxs responsables.
Otros ejemplos de nuevas medidas represivas cuya introducción barajan las élites son la tipificación como delito del acto de no llevar la documentación encima al ser requerida en una protesta pública (o el ocultarla o negarse a entregarla), así como la posesión de "elementos de riesgo", que por cierto, no olvidemos que, amparándose en la existencia de esos supuestos elementos de riesgo (material de escalada de un joven federado en tal deporte, y panfletería anarquista), la policía francesa entalegó a compañeros en el marco de una cumbre, alegando que el material encontrado y su estética apuntaban hacia que se dirigían a "sabotear con violencia la cumbre", resucitando el fantasma del Black Bloc que asolara años atrás Génova, Rostock o Estrasburgo, con mentiras y montajes. Vamos, que nos podemos esperar cualquier cosa.
Aquellxs a quienes esta medida os sorprenda, ¿de verdad pensabáis que se iban a quedar de brazos cruzados viendo cómo el clima de crispación social aumenta?. Mientras lxs amxs imponen la drástica precarización de las condiciones de vida, y la asunción de un modelo de ciudadanx pasivx, cobarde, predecible y entregadx a la rutina de una vida que no es vida, sino la reproducción constante de la ecuación trabajo-consumo-dormir que sólo finaliza en la muerte, es consciente de toda la rabia que está generando ese fenómeno, y por ello opta por fortalecer cada vez más sus estructuras, en una cruzada delirante por proteger sus intereses del que es históricamente su archienemigo, su némesis, su mayor rival, el pueblo auto-organizado, consciente, alegre y combativo.
Cabe aquí realizar una breve reflexión. Tras las protestas de Valencia, el Estado encontraba la excusa perfecta para endurecer las penas por los delitos de desobediencia y/o de resistencia a la autoridad. Recordamos algunxs aquella comparecencia del ministro del interior de hace varias semanas en la que, en un alarde de demagogia sin precedentes, el tío decía encontrar intolerables las "vejaciones e insultos proferidas por manifestantes violentxs" (ahora resulta que si un poli te revienta la cabeza a hostias, te rompe las costillas o te deja inconsciente y sangrando por la cabeza, está siendo justo y haciendo su trabajo correctamente, pero si tú le insultas, eres un/a violentx y mereces pena de 6 meses a un año por desobediencia y/o resistencia grave a la autoridad). Sin quedarse ahí, el susodicho personaje añadía que el sistema penal español le parecía "muy garantista", algo que choca diametralmente con la realidad de un país que, desde el "fin" (reforma estructural y traspaso de poderes) de la dictadura franquista, ha visto su población reclusa nada menos que cuadriplicada, mientras que sin embargo, se ha demostrado que el Estado español es, si no el país con menor índice delictivo de toda la U.E., uno de los que menos posee. O a mí no me salen las cuentas, o aquí hay gato encerrado.
En el Estado español, por lo menos, la cosa no llega a los extremos de EE.UU., donde el gobierno aprobaba una ley a su vez, conocida como HR347, por la cual, el simple acto de permanecer en un espacio, sea un edificio, un terreno, la calle etc. sin la autorización del gobierno, puede acarrear penas de hasta 10 años de cárcel. Sí, sí, el 0 no ha sido accidental, has leído bien, 10 añazos. Incluso el simple hecho de que alguien denuncie que tienes perspectivas de participar en alguna protesta o de llevar a cabo cualquier acto reivindicativo sin el permiso, podría serviles para encerrarte, a modo de "medida preventiva". Así mismo su policía secreta tendrá total libertad para, en caso de encontrarse en un lugar determinado y observar una protesta que no reúne las condiciones estipuladas por la ley de lxs ricxs para ser consentida, efectuar las detenciones que considere necesarias.
Esta reforma de lxs yankis no responde a otra cosa que a su miedo a tener de nuevo dentro de sus fronteras al "enemigo en casa", el cual a través del movimiento Occupy (homólogo del 15-M español, aunque sin tantos remilgos absurdos con respecto al cansino, sempiterno e hipócrita debate sobre la violencia), se ha convertido en una amenaza para la democracia supuestamente progre de Obama.
La cosa se complica, cada vez más leyes y cada vez los cercos de la legalidad se cierran más sobre nosotrxs, imposibilitando la fuga de esta sociedad-manicomio. La verdad asusta, pero una cosa está clara, si hacen todo ésto es porque nos temen y si nos temen, es porque algo estamos haciendo bien. Violencia son las consecuencias de una huelga general que dejó a numerosas personas en quirófano, entre ellas, dos personas a las que tuvieron que extirpar el bazo tras llevarse durísimas palizas de la madera, dos personas más a las que estallaron uno de los dos ojos por impactos de pelota de goma (arma letal que el Estado intenta pintar como de disuasión pero que tiene un potencial destructivo capaz de matar en según qué casos), un chaval, Xuban, que en Gasteiz, además de ser objeto de las burlas de los ertzainas (que le pegaron una paliza para luego meterle en la boca a la fuerza los panfletos que el joven portaba), fue (mientras estaba inmovilizado en el suelo) disparado a bocajarro (desde menos de 5 metros de distancia) con una pelota de goma que impactó contra su cabeza brutalmente, provocándole un traumatismo cráneo-encefálico severo al cual, la verdad, ha sido un milagro que el joven haya sobrevivido.
¿Violencia?, no pienso dar más explicaciones, sinceramente, estoy hasta la punta de la polla de explicar a quien no quiere oír, que violencia es todo lo que nos rodea. No pienso seguir soltando el mismo discurso, me cansa y me aburre, quien quiera entender, entenderá, que a buenxs entendedorxs, pocas palabras. Una cosa está clara, se avecinan tiempos oscuros.
Seguid escondiéndoos detrás de vuestras leyes y de vuestra policía, tarde o temprano tendréis que salir de vuestro escondrijo, comadrejas cobardes, y os estaremos esperando. Ninguna reja puede encerrar la solidaridad ni tampoco los corazones que albergan un mundo de amor, justicia, igualdad y libertad construido sobre las grises cenizas de éste. Cuanto más miedo nos tenéis, menos os tenemos nosotrxs. Nuestros sueños serán vuestra pesadilla