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Se les llama Centros Sociales Ocupados (CSO) aquellos lugares físicos que en el pasado fueron abandonados o simplemente dejados en el olvido y de los cuales individualidades conscientes hacen uso ocupándoles al margen de las leyes para convertirles en espacios de desarrollo social, cultural y comunitario siempre manteniendo y propagando posiciones contrarias a las del sistema imperante. Alrededor de la región chilena existen decenas de CSO generando instancias de difusión, de solidaridad y de afinidad, siendo también importantes lugares para vivir rompiendo con la lógica capitalista de la propiedad privada, por ello mismo son también llamados espacios liberados.
Todos o la gran mayoría hemos visto casas y espacios abandonados hace años, por ello creemos que una valiosa acción y que violenta contra la autoridad es hacer uso de estos ya que liberar un espacio físico trae múltiples beneficios partiendo por tener un lugar donde vivir sin tener que pagar infinitos dividendos o arriendos a privados o el Estado, y lo más importante es que dichos lugares se convierten en espacios físicos para alojar nuestros sueños, ideas y por supuesto proyectos que pretenden enfatizar en la comunidad la necesidad de generar relaciones solidarias en torno a formas libres de vivir para el hoy y el mañana.
La idea del Espacio Liberado o Centro Social Ocupado es tan bella como la idea de incendiar bancos cotidianamente, pero incendiar bancos no sería tan bello si lo hiciéramos por un ego personal, así como tampoco sería bello si el CSO se convierte en un centro que desafía sus orígenes y atenta contra los valores y principios antiautoritarios que defendemos y postulamos, y por ello es necesaria generar una instancia de critica a muchos de estos espacios que se han convertido en verdaderos lugares donde solo se generan episodios que se aíslan del trabajo con la comunidad y donde se abandonan las conversaciones y conspiraciones por nuestras ideas para solo enfatizar en momentos de diversión donde largas sumas de dinero que pudiesen servir para propaganda o generar talleres en el mismo espacio terminan siendo lo que sustente las interminables cantidades de alcohol que en muchos de estos lugares se consume, es triste, que muchos compañeros hayan abandonado sus practicas libertarias para solo dedicarse a la diversión personal, y no es que quiera afirmar que eso es malo, por supuesto que no, lo malo es cuando le priorizamos y dejamos que el alcohol nos consuma en vez de consumirles nosotros a él. A pesar de esto, casos como el que expuse, son mínimos, y tampoco les estoy criminalizando ni menos juzgando, simplemente creo necesaria la crítica y autocrítica para ir avanzando fraternalmente entre compañeros y compañeras que cometemos errores pero que en base a nuestras relaciones de afinidad hemos sabido siempre o casi siempre superar.
Quiero que este texto, sirva como muchos otros a un llamado a la acción, y que lo recuerden cuando caminen por las grises calles y se encuentren con aquellos lugares sin uso, no lo pasen como un lugar más, háganle caso a vuestras voluntades y que sus mentes busquen mentes aliadas y conspiren por la ocupación y la liberación.
Escrito por Ayelén de la Revuelta.
Publicado en El Amanecer, nº11, Agosto 2012
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