Mi nombre es Walter Bond y actualmente estoy encarcelado en la prisión de Golden, Colorado, por mi presunta relación con acciones del Frente de Liberación Animal. Los medios de comunicación han hecho todo lo que han podido para demonizarme y desacreditarme. Aunque no es de extrañar, ya que los activistas por la liberación animal suponemos una amenaza para el status quo y los negocios sangrientos que ellos apoyan. Por ello, cualquier activista que realmente se opone a esta malicia mecanizada tendrá que enfrentarse a la intimidación de las fuerzas gubernamentales y a la persecución.
Sigo indoblegable e imbatible en mi deseo de vivir en un mundo libre de abuso animal y explotación. Y por esta razón me gustaría dedicarle unas palabras tanto a quienes me apoyan como a mis enemigos. Soy vegano y straight edge. Lo he sido durante 15 años y lo seguiré siendo hasta el día en que me muera. Aunque espero no pasar muchos años en prisión, nada que el gobierno de los Estados Unidos me pueda hacer será comparable con el holocausto diario que sufren los animales en el nombre de la comida, la ropa, la experimentación de productos y el entretenimiento. Y os aseguro que no es un holocausto metafórico. Lo he visto con mis propios ojos. Cuando tenía 18 años (ahora tengo 34), trabajaba para una empresa que construía mataderos en el Medio Oeste. Nunca podré olvidar los horrores que allí presencié. Así fue como me convertí en un activista por los derechos de los animales.
Sigo indoblegable e imbatible en mi deseo de vivir en un mundo libre de abuso animal y explotación. Y por esta razón me gustaría dedicarle unas palabras tanto a quienes me apoyan como a mis enemigos. Soy vegano y straight edge. Lo he sido durante 15 años y lo seguiré siendo hasta el día en que me muera. Aunque espero no pasar muchos años en prisión, nada que el gobierno de los Estados Unidos me pueda hacer será comparable con el holocausto diario que sufren los animales en el nombre de la comida, la ropa, la experimentación de productos y el entretenimiento. Y os aseguro que no es un holocausto metafórico. Lo he visto con mis propios ojos. Cuando tenía 18 años (ahora tengo 34), trabajaba para una empresa que construía mataderos en el Medio Oeste. Nunca podré olvidar los horrores que allí presencié. Así fue como me convertí en un activista por los derechos de los animales.
A quienes me apoyan
Haced lo que podáis para crear conciencia sobre la situación de los animales encerrados en granjas, del medio ambiente y de los impactos éticos de la explotación animal, así como del impacto positivo del veganismo. Tener mayores conocimientos sobre estos temas que la mayoría de la gente y no scarlos a la luz es complicidad. Por favor, no seais cómplices en el holocasuto contra los animales y la tierra.
A mis detractores
Echad un vistazo a lo que estáis defendiendo. Si creéis que no hay nada de malo en usar y explotar animales, id a un matadero y observad con vuestros propios ojos lo que pasa tras esos muros. Si no podéis digerir vuestra comida mientras veis cómo se produce, entonces es que comer carne, claramente, no está bien. Solo porque como seres individuales o como sociedad tengamos la habilidad de explotar animales, eso no nos da derecho a hacerlo.
Hubo un tiempo en el que se aceptaba que los hombres explotasen a las mujeres, y las personas que se opusieron a esto fueron tachados de criminales. Ahora las mujeres pueden votar, leer y trabajar.
Hubo un tiempo en el que era legal poseer humanos como esclavos, y quienes se opusieron fueron golpeados, encarcelados y asesinados. Ahora ese nivel de racismo es impensable.
Hoy en día, los animales son los oprimidos, y las excusas para usarles a nuestro antojo son las mismas que daban los dueños de esclavos humanos. Esas excusas son igual de poco válidas cuando se aplican a la esclavitud y la explotación de animales.
Saludos cordiales,
Walter Bond # P01051760 PO Box 16700,Golden, CO 80402-6700 U.S.A