Crítica destructiva.
Cuando inicie en el punk y en el anarquismo me di cuenta que había otras formas de vivir de manera alternativa, aún dentro del sistema. Que se le podía dar vuelta a la tuerca, que se podía construir algo diferente. Luego me di cuenta que nosotros los punks no somos por el simple hecho de serlo, libres, críticos, rebeldes, radicales, etc. Porque los vicios de la sociedad se han impregnado en nuestro entorno casi desde que surgió éste movimiento o más bien nunca se abandonaron por completo: codicia, ambición, lucro, fama, etc.
No es la primera vez ni la última, en que algo que se está conformando de una manera determinada se empieza a abollar, empieza a deformarse. Por más parches y remiendos que se le hagan, ese algo no tiene ya salvación ni remedio. Hay quienes prefieren seguir conservando la deformidad, tal vez porque así conviene a sus intereses. Es por ello que se debe romper en mil pedazos y crear de nueva cuenta intentando no seguir el rumbo anterior. La autocrítica debe ser constante y recurrente, no dormirse en los laureles y sobre todo no ser cooptados por los tentáculos del sistema que como hemos observado son muy efectivos.
En este ambiente underground se réplica de manera grosera las expectativas de la industria de la música, los fanfarrones de siempre, los “quedabien”, siempre lamiendo los culos que se deba lamer para poder llegar a obtener la codiciada fama.
Las bandas.
Hay bandas que auténticamente quieren el reconocimiento, los vitoreos, los aplausos, las grupies, los fans tomándose fotos con ellos, todo aquello que está relacionado con el estrellato. Esto se da, aunque no lo crean, dentro del ámbito punk y sus subgéneros. No pueden acceder a la industria musical ya instalada porque la música/ruido no lo permite, aún no es TAN popular (al paso que vamos escucharemos a Discharge en la radio comercial, si no es que ya pasa), es por ello que reproducen éstas conductas en el pequeño circuito underground que se ha creado para ello y sobre todo, lo recrean en el punk.
A esas bandas, los he escuchado hasta la nausea decir el ya manido y asqueroso “argumento” para justificar su presencia en lugares de dudosa cuna alternativa de: "es para que nos escuche más gente; es que son chidos conmigo; si ya se, tienes razón pero quiero tocar" ¡Patético! Que entre más ruidero hagan, entre más grindcore, crust o dbeat hagan, entre mas tattoos, dreadlooks, visú traigan, sus posturas ante la vida y ante el punk distan diametralmente, como la leche y el café, como el agua y el aceite, de la rudeza de su música y de su imagen. En realidad no son más que unos blandengues corderos empinados en cuatro con una guitarra en una mano y vaselina en la otra.
Como decía la banda argentinaFamilia Asesina en su rola La loca carrera del éxito: La loca carrera del éxito, la rueda mágica del dinero, ya sabemos quien la usa y las ganancias que da… Cuando el dinero es bueno ¡a quién le importa la realidad!... Pero son esos rebeldes de pose, los que más asco me dan, esos que van a pedir por favor para que los dejen tocar… Simular, simular, ¡Simular!”
Hay bandas que no les importa ser maltratados, vejados y ninguneados por los empresarios del punk, (a partir de ahora les diremosemprendedores. Es más ad hoc) a pesar de ya ser conocidas como para que hagan sus propias tocadas y dejen de ser parte de esta mini industria. Es más importante la pertenencia a determinado grupo y club de Tobi, que la propia dignidad.Bandas que observan cómo les pagan a las bandas más famosas, y cómo ellos con sus propios medios acuden a tocar a esos mismos lugares donde son tratados como bandas de segunda. Sí, estoy hablando de la movida punk y sus variantes.
De sus letras es otra cosa, un compendio de lugares comunes y clichés que ni ellos mismos se creen. Sacan discos, van a todas las tocadas, hacen giras, viajan al extranjero, todo medianamente DIY. Pero en su interior reposa elservilismo ruin en aras de buscar la codiciada fama y ante la oportunidad que se les presente saltarán a tomar su migaja de reconocimiento. Bandas que no tienen otro motivo u objetivo en el punk que tocar y tocar y tocar y nada más. No importan las ideas, no importa nada. Sólo que suene ruido. Y ruido es precisamente lo que tienen en sus cabezas, ya que al abstenerse de la crítica y aceptar de manera burda el servilismo en su cabeza no puede más que escucharse ruido. Punk kjdsjjdfkflksjfsljfjfsjfjfk punkk jkljsdkfjljflsafjaxi visu jfdjfd te amo dibit jflasjf rebeldía f dsfjfjlfjlsjfasjf a fama, fama, fama, fama, fama, fama, fama, fama, fama, fama, fama, fama, fama, fama, fama, fama, fama, fama, fama, fama.
Esas bandas que a fuerza de conseguir sus sueños (la fama) se ofrecen como personeros, de estos empresarios, como testaferros de las pymes. Bandas cuya dignidad vale tan poco como el maltrato y el ninguneo de las que muchas veces son objeto. Bandas de primera clase y bandas de segunda categoría y peor aún bandas de tercera, de la más baja estofa que esperan su oportunidad para poder entrar al inner círcle del espectáculo, la fanfarronería y la simulación.
¡Que se vayan a la mierda esas bandas!
Emprendedores.
Entonces en el punk se genera unaindustria "alternativa" que poco a poco transige con los vicios delmainstream. Y lo alternativo deja de serlo, lo underground se pierde porque asoman sus jodidas cabezas gritando "¡hey, estoy aquí, háganme caso, soy del ghetto pero acá huele feo y ya me quiero salir!" Pero ante el silencio de los de arriba, en vez de cuestionarse: "porqué hago esto, porque quiero ser parte de ellos, porque necesito que el punk sea aceptado por la sociedad, porque necesito imitar lo que veo en Europa y el gabacho, a la mierda la industria musical". Pues no. Salen y tocan las puertas que tienen que tocar, lamen las suelas que se tienen que lamer, besan los culos que se tienen que besar. No importa, el chiste es destacar y generar la mini industria que como vemos deja buenos dividendos, pingües ganancias, utilidades gordas. Han visto que del punk se puede ganar dinero.
Han encontrado la fórmula. ¡Eureka! Sin embargo la formula es la vieja zanahoria frente al burro: Dale al público lo que quiere escuchar, y ofrecerles a bandas viejas que ahora cobran cuota, y cuya postura deja mucho que desear, bandas cuyo nombre tenga el prefijo DIS, (¡aguevo! Esto si vende señores) claro les pagan a los famosos, perpetuando la relación vertical de fans-músicos y también las relaciones de poder capitalistas: te pago, dame un servicio con las consiguientes consecuencias.
Los emprendedores, lo saben, han amasado un raquítico poder, apenas una pequeña parcela de poder, saben que hay muchas lenguas que quieren besar sus culos, limpiar sus botas, trabajar para ellos. Lo saben y nosotros lo sabemos. No se puede ocultar. Hace poco alguien me decía en un supuesto conversatorio sobre el punk, que en realidad era una asamblea informativa, a propósito de esta crítica que hago, la dichosa persona en cuestión decía que a veces hay que "ceder", ¿¡Mierda es en serio!? Lo que en realidad quiso decir es que para salir avante hay que agachar un poquito la cabeza, guardar un poco de silencio, aceptar que hay algo que no puedes cambiar, eso es lo que se me intentó decir entre líneas. Saben qué ¡No lo acepto!
Lo que se puede observar es que estos emprendedores reproducen las dinámicas autoritarias de la sociedad, que se supone, los punks hemos rechazado a rajatabla: patrones y empleados, guaruras de seguridad (porros punks entrenados), imitación de la mercadotecnia de la industria del espectáculo como promoción en medios del estado y merchandising oficial del evento (ridículo y patético), relaciones verticales construyendo y amasando el tan odiado fans-bandas, etc., etc., y etc.
La escena ha sido cooptada por emprendedores, cuya ignorancia les indica que no saben que lo son, y hasta piensan que son DIY, cuando claramente no lo es. Esperemos que no nos enteremos pronto que hay poderes detrás de estas pymes, porque eso sería bastante repugnante.
¡A la mierda los emprendedores del punk y sus pymes (pequeñas y medianas empresas)!
El público.
Pero nada de esto sería posible sin el público, sin el respetable, sin las masas, los uniformados, eso sí únicos y detergentes. Luego de que las bandas que elevan su ego (por unos miseros elogios que la verdad es que no son nada) y se sienten "famosos" y rock stars hay un público convertido en viles espectadores, tal como lo son en sus vidas diarias: espectadores.
Los espectadores aquellos queconsumen con avidez los productos de la mini industria del punk. Los queno cuestionan, los que aplauden como focas el espectáculo: "es que cuándo vas a ver todas estas bandas juntas", dice alguno. “Es el soudtrack de mi vida y ahora tengo la oportunidad de verles”, dice otra. Pero entonces, ¿De eso se trata el punk? ¿De la música, del ruido? ¿Del número de bandas que hay en un concierto? ¿De ir cada fin de semana a cumplir religiosamente el ritual del toquin? El punk entonces, para esa gente es sólo música y nada los distingue de otras tribus urbanas, rockeros, metaleros, etc.
Para muchos de los consumidores-espectadores-público, su vida gira en torno al visual, a imitar a punks escandinavos y nórdicos, sin conocer que esos punks son los más privilegiados no sólo de Europa, sino del mundo. Es decir, punks dedicados a la formación de identidad, tal y como lo hacen otras tribus urbanas y dándole razón a los sociólogos que “estudian” a las “tribus urbanas” de que son una parte más del buffet de “identidades juveniles”. Punks dedicados a repetir consignas ad nauseaum, consagrados al coleccionismo de discos y fanzines.
Punks que se dicen llamar nihilistaspero que no saben que es el nihilismo. El nihilismo es negar todo, no es no hacer nada. Y como vemos,no pueden negar a la industria ni siquiera en su entorno más cercano que es el propio punk. Tienen un discurso de ruptura sí, pero no es un discurso propio, es un discurso prefabricado y falso, porque a la hora de la hora ni contracultura ni ruptura. Por más visú, por más clubs de Tobi y pertenencia como si se tratase de cholos. ¡No les creemos nada! ¡Tienen un cadáver en la boca! Eso sí, cuando se enteran de la mierda en la que se convierte el punk lo mejor que hacen es refugiarse en la vieja y repugnante “Ver, oír y callar".
Crítica destructiva al punk, sí, porque no se puede reformar lo que está podrido ya, hace falta negar y romper con estos esquemas en los que se ha enfrascado el punk. Hacerlo nuestro desde posturas verdaderamenteantiautoritarias. Destruir para construir es otra consigna del punk y del anarquismo que parece vacía. Vamos a darle sentido. No pido santidad, y que vayas a los eventos autorizados por mi o por otro. No tengo la verdad en mis manos y la reparto como cardenalicio. Cada quien es libre de tocar, leer, y actuar a su juicio. De ir a los lugares que más les plazca y se les hinche los güevos. Hago una autocrítica para motivar la reflexión. Lo que hago es abrir el debate.
Besos y abrazos. Kaio.
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